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¿Es mejor un televisor más grande? La respuesta no es tan simple

July 27, 2025

Comprar un televisor hoy en día no es tan sencillo como elegir entre una marca y una promoción atractiva. En un mercado donde abundan pantallas cada vez más grandes, muchos consumidores se hacen la misma pregunta: ¿realmente más grande siempre es mejor? La respuesta corta es no necesariamente. La útil: depende del uso, el espacio disponible y el aprovechamiento de las tecnologías que el equipo ofrece.

En Colombia, la oferta de televisores de gran formato crece de forma acelerada. Marcas como LG, Samsung, Sony y TCL apuestan por modelos de 75 pulgadas o más, que integran sistemas inteligentes capaces de mejorar no solo la calidad de imagen, sino también la experiencia de uso. Sin embargo, aunque el tamaño impacta, no debe ser el único criterio de elección.

La distancia importa (y mucho)

Uno de los errores más comunes es dejarse llevar únicamente por las pulgadas. Lo correcto es considerar la distancia entre el sofá y la pantalla. Por ejemplo:

  • A dos metros de distancia, lo ideal es un televisor entre 50 y 60 pulgadas.
  • A tres metros, puedes optar por uno de 70 a 80 pulgadas.

La lógica es simple: si estás más cerca, necesitas una pantalla más contenida para evitar ver los píxeles o mover el cuello para seguir la acción. “El tamaño adecuado potencia la inmersión, no la interrumpe”, señala Laura Piñeros, vocera de LG Colombia. No se trata solo de llenar la pared, sino de crear una experiencia visual cómoda y envolvente.

La inteligencia artificial: tu aliada invisible

La tecnología ha avanzado al punto de que muchos televisores modernos integran inteligencia artificial que mejora la calidad del contenido, incluso si este no está en resolución 4K o 8K. Gracias al AI upscaling, el televisor ajusta automáticamente brillo, nitidez y contraste para ofrecer una mejor imagen, sin que el usuario deba intervenir.

Cada marca ha desarrollado sus propios sistemas. Samsung cuenta con su Neo Quantum Processor, Sony ofrece el XR Cognitive Processor, y LG incorpora IA en sus modelos OLED y QNED. La finalidad es clara: lograr que el usuario solo se preocupe por disfrutar, sin importar si está viendo una serie antigua o una película en baja resolución.

¿Qué pasa si eliges mal?

Aunque pueda parecer tentador tener una pantalla de 85 pulgadas en la sala, si el espacio es reducido, el exceso de tamaño puede jugar en contra. Además de desentonar estéticamente, un televisor demasiado grande puede:

  • Cansar la vista tras largos periodos de visualización.
  • Dificultar la lectura de subtítulos o menús.
  • Reducir la calidad percibida si el contenido no tiene suficiente resolución.

Otro aspecto muchas veces subestimado es el sonido. Un televisor con buen audio puede ofrecer una experiencia más inmersiva que uno más grande con altavoces básicos. Por eso, marcas como Sony y LG integran tecnologías de ajuste automático de sonido que se adaptan al contenido o a las condiciones del entorno.

Televisores que aprenden de ti

La inteligencia artificial no solo mejora la imagen, también personaliza la experiencia. Algunos modelos analizan tus hábitos: si ves series de noche, ajustan el brillo automáticamente; si prefieres deportes o contenido infantil, adaptan las recomendaciones. Este tipo de "inteligencia afectiva" busca crear una conexión más fluida y amigable con el usuario.

Ya no se trata solo de ver, sino de cómo se vive el contenido”, recalca Piñeros. El televisor dejó de ser solo un aparato más y se convirtió en una extensión del hogar, un centro de entretenimiento que debe encajar con el estilo de vida de cada familia.

Elegir bien es invertir mejor

Invertir en un televisor de gran formato puede ser una excelente decisión, pero requiere análisis. No basta con la emoción del primer vistazo. Se trata de evaluar con calma:

  • El espacio disponible.
  • La distancia de visualización.
  • Las tecnologías que mejoran la experiencia.
  • Y, por supuesto, cómo interactúas con el contenido.

Porque sí, un televisor más grande puede ser mejor… pero solo si lo eliges con cabeza fría y ojos bien abiertos.